
La Pesca
La pesca está sometida a ciertas condiciones geográficas y, en especial, climáticas y topográficas. Los zócalos continentales con menos de 200 metros de profundidad, que bordean las costas, son la premisa natural piscícola; en ellos, la escasa profundidad, la capa acuática templada por el sol y la salinidad apropiada favorecen el desarrollo del “plancton” vegetal, el cual constituye la base alimenticia de los seres que pueblan los mares.
Las fuertes densidades de población, la escasez y altos precios consiguientes de otros productos alimenticios y las costumbres de algunos pueblos, consiguientes de otros productos alimenticios y las costumbres de algunos pueblos, originan un alto consumo de pescado y son factores que favorecen el desarrollo de la pesca. La pesca constituye una de las fuentes, cada vez más importante, de alimentación.
Se consideran dos clases de pesca:
La proveniente de aguas saladas, la más importante.
La proveniente de aguas dulces.
Muchos países hasta hace poco apenas si utilizaban la pesca como alimento. Hoy día se va generalizando este tipo de alimentación y algunos países consumen pescado en grandes cantidades. Por otra parte, gracias a la radio-sonda, se han descubierto grandes cantidades de peces en las aguas profundas de los océanos, que en tiempos no lejanos servirán para alimentación.
La pesca en los mares puede ser de tres clases:
Costanera, en las inmediaciones de las costas.
Litoral, en aguas algo alejadas de las costas; pero sin salirse de los límites de las aguas territoriales de un país.
De alta mar, la efectuada en aguas internacionales. Esta es la más importante por las grandes capturas que con ella se obtienen.
La pesca marina es abundante en Venezuela en el Golfo de Cariaco y en el Caribe.
Áreas pesqueras principales: Costas del Canadá, Estados Unidos, México, Europa Occidental, en el Atlántico. Costas de Alaska, Estados Unidos, Japón, China, Corea, en el Pacifico.